lunes, 8 de diciembre de 2008

Angustia




¿Leyeron las últimas dos entradas? Dios mío, qué horror, ni coherencia tienen. De todos modos las dejo, no sé exactamente por qué, pero ahí se quedan para que la gente que viene sepa cómo carajos afecta la depresión al individuo. Y esta vez uso individuo como término en vez de sujeto porque, creo que de septiembre para acá eso he sido: un individuo. Irresponsable e incapaz de todo, aislada por completo de la sociedad y los deberes que tengo como persona, como Estefanía, me abandoné en ella y de ella, dependiendo por completo de las migajas de la depresión, la frustración y la soledad.


A menudo me pregunto con impotencia qué es lo que se degenera en el sujeto para llevarlo a estadíos tan molestos, insoportables, dolorosos. Lo cierto es que, si bien los padecimientos mentales o del alma ahora son aceptados socialmente, no quiere decir que sean tratados con el mismo respeto y hasta reverencia con el que se le trata a un enfermo de cáncer o, inclusive, a quien tiene un transplante de hígado, riñón, pulmón, lo que sea. Yo soy transplantada de hígado y como tal sé que gozo de un trato especial por las personas que me rodean, mas no tengo ni obtengo la reverencia, el cuidado y la discresión de estas cuando la depresión se vuelve mi única aliada o la neurosis enciende sus motores y arranca en mí y de mí toda esencia, acelerando la gravedad de la Tierra para ponerme el ánimo (también el ánima) por los suelos, despojándome del alma, de la serenidad, de todo cuanto hace al sujeto, al ser humano, a la persona, convirtiéndome en un discurso sin palabras, o en palabras vacías de significado. No, no abogo por piedad o lástima, tampoco por compasión, pero ¿por qué en vez de ayudarnos a estar mejor nos tratan peor, utilizan términos despectivos para hablarnos y la comprensión la mandan al carajo para convertirla en crueldad?


Yo no me considero loca en un sentido estricto. Ningún libro técnico de psiquiatría o psicología contiene ese término ni lo define... de hecho, no estoy loca en lo absoluto, y no es esto una declaración a la sociedad o a mis lectores, como tantos otros sí se ocupan de demostrar lo que no se les ha pedido. Digo que yo no soy loca porque ningún profesional me ha diagnosticado eso, puesto que ya dije que eso sería imposible dado que ningún libro técnico en la materia tiene el término contemplado o definido. La locura, además, tiene tantos rasgos y tintes -desde el negro, carente de toda luz, hasta el blanco, colmado de ella, pasando por todas las tonalidades perceptibles y no perceptibles para el ojo humano, hasta manifestaciones de desesperación como el cortarse una oreja o salir a la calle diariamente a buscar personas del mismo sexo para tener relaciones coitales. Locura es dolor y es tristeza, locura es odio y es amor, locura es una tautología o un conjunto que todo lo encierra, llevándolo todo, y es que imposible sería si no, al absurdo supremo, por lo cual quien se precie de estar loco, en mi concepto, no está aceptando nada distinto a que es un ser humano con todo lo que ello implica. Pero tampoco soy demente, porque la demencia, más que en los manicomios, la he conocido navegando la red, viendo hordas en la televisión de personas sin sentido común o de orientación, no gritando ni corriendo desnudos, no, yendo calmados, en silencio, a las urnas...


No sé a qué vino toda esa diatriba cuando en realidad siento ganas de vomitar, físicas ganas de vomitar y no porque esté asqueada ni me encuentre en un estado de existencialismo extremo, sartreano, ¡nada de eso! Siento ganas de vomitar y me da miedo perder lo poco que quería de mí en ese acto grotesco. Iba a escribir de otra cosa y no sé por qué otra vez no logro hilar el tema con los asuntos.

1 comentario:

  1. Tenía mucho tiempo de no leer algo así por parte tuya, líneas más o líneas menos, solo quiero agradecerte el que tengas este espacio para compartir parte de tu sentir, sé que no tengo las palabras adecuadas para decirte que soy amiga, sé que quizá no sepa como manejar lo que pasa en tu entorno pero sobre todo lo que te hace ponerte así, sé que ni siquiera puedo decir más en líneas, pero de cualquier manera lo que si sé es que soy alguién que en la medida de sus posibilidades te quiere y te apoya y que desea de todo corazón que esos malos ratos pasen.

    Sé que es muy fácil escribirlo, pensarlo y desearlo, pero a final de cuentas tu mundo lo haz podido compartir con muchos de los que te apreciamos no solo por como escribes, no solo por tu inteligencia.

    PD. Ay no sé!

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