martes, 2 de noviembre de 2010

A lo mera hembra

De algo tuvo que servir el periodo de abstinencia. Así, ahorré la plata suficiente para estar hoy bebiendo del mejor tequila, enfrentando mis penas como lo hacen los machos de las películas mexicanas... o las hembras como Chavela, todo depende.
Es sólo que como yo no vivo en México, en uno de esos ranchos de los que muestra el cine de Vicente Fernández, como lloré toda la tarde, inconsolable, logré que me inyectaran Valium y me dieran altas dosis de Rivotril. Es una lástima que toda esta combinación no sea letal. Que ni siquiera sirva para una sobredosis, y que sólo logre apaciguar el dolor inmenso que siento en el alma.
Ya ni Chavela es buena para oír, ni Lila tampoco, porque ambas me recuerdan a esa época de felicidad que no habrá de volver, y entonces vuelvo a romper en llanto. Pero bueno, ya tengo mi tequila, ya tengo mi inyección, ya me tomé mis pastillas. De algo habrá de servir... y pensar que mañana me revisan el hígado en el Pablo Tobón. Sé que como siempre, todo saldrá a la maldita perfección.
Durante los últimos días he maldecido bastante a toda mi familia y a los médicos que creyeron haberme salvado porque permitieron que siguiera viviendo. Si en 2006 hubiera muerto, harto dolor me habría ahorrado en estos cuatro años.
Y en cuanto a la felicidad, a la sensación de cobijo y sosiego, fui demasiado tonta, muy estúpida. Si por experiencia he sabido que las cosas así no duran, ¿por qué me permití sentirlas? Bien andaba yo por mayo acostada en esta cama sintiendo que nada valía la pena. ¿Para qué, con qué derecho me sacaron de aquí y me hicieron creer en la eternidad del cielo? Como dice la canción, ¿dónde están las promesas y los amores eternos? Bah, duele mucho saberlo, pero mis papás, que no comprenden nada, son lo único que tengo.
En cuanto a mí, ¿cuándo aprenderé a no querer tanto? ¿cuándo me daré cuenta de que siempre, por más que lo intente, termino en el más rotundo de los fracasos, herida, maltrecha? Soy una total gonorrea que no merece nada.
Hay que sorber tequila para que no duela tanto, el Valium no sirve de nada, y el Rivotril tampoco. Por cada asomo de llanto entre los ojos y la garganta, va un trago, para que no haya lágrimas, pa que el dolor se espante. Intentaré ser machita y aguantar en silencio. Las hembras no se quejan, ni se lamentan, salvo cuando pasa algo como cuando a Chavela se le murieron Frida y José Alfredo, cosa que no es muy distinta en mí, pues de cierta forma se me murieron, a la vez, de la manera más absurda e inesperada, quien fuera mi Frida y mi José Alfredo al mismo tiempo. Y a la chingada con todo.
¿Hasta cuándo será este dolor? Supongo que mientras haya tequila lo aguantaré.

1 comentario:

  1. Uff, que cantidad de dolor tan increible el que llevas dentro. Cuando a uno no lo mata el amor, no lo mata nada. Te toco seguir la vida para encontrar alguien que te duela mas. Morir por algo que no sea amor, es como no haber vivido, morir por amor, es lo mas poetico y cruel que se puede esperar. Lo que no te mata, te hace mas fuerte, solo que duele como un putas mientras uno no se muere. Suerte con esa borrachera y ojala puedas ahogar un poco el dolor, pero como dice el chiste: "las penas saben nadar..."

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