Ella misma lo cantó hace más de quince años, tomando prestada la canción que lleva su nombre y que interpretara su grupo musical favorito de la infancia, Parchís: "La verdad y la mentira se llaman Gloria". Sí hombre, yo sé que la lógica aristotélica y la ontología no admiten que un sujeto sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo lugar, que el mismísimo Spinoza no concibe la contingencia, entre tantas otras verdades irrefutables que siempre lo serán, pero que, individualmente, se convierten en patrañas, mentiras tan evidentes como esa que dice que cuatro y cuatro son ocho cuando la vida misma se encarga de decirle a uno, sin ningún pudor, que eso nada más es cierto en ese lenguaje abstracto de las matemáticas, y se pasa uno una muerte entera creyendo que algún día vivirá para nunca y morirá para continuar respirando. No, no son fantasías, no son juegos del lenguaje, es realidad perpetua y tangible; lo que pasa es que la poesía y las letras son más sensibles al respecto, pues no tienen afán de demostrar nada que no sea belleza, belleza dentro de la cual hay horrores y aberraciones, por supuesto, pero siendo el fin último la beldad y no la verdad, en casi todos los casos terminan por ser una misma cosa... ¿era Wittgestein quien aseguraba que la Ética y la Estética son lo mismo? Y nada puede ser ético en tanto no sea verdadero (espero tener aún lectores para el momento de este paréntesis), así que por obra y gracia de lo que surge mientras escribo, asumiré que los mundos creados por Cortázar y Carroll son tan verdaderos y reales como los bellamente recreados por el señor Uribe y sus ministros. También sé perfectamente que verdad y mentira no son estados ontológicos para muchas personas, que es simplemente dialéctica, que mil cosas, a mí nada más déjenme escribir que ya tendrán lugar para regañarme
Prosigo.
Extraño a Gloria. Muchas de las personas que me conocen o entran a este blog se preguntan por qué está vinculado a páginas de La Trevi. Eso se preguntan tanto quienes son sus fans como quienes dejaron de serlo o siguen siendo mis amigos; y sí, he renegado de ella, y he mancillado su nombre públicamente (en su página, con su conocimiento), he renegado de mí y de quien fui nada más porque tuvo la culpa de ser perfecta un día o qué sé yo para que al otro me defraudara y dejara de ser como yo quería y creía que era o fuera o debía ser. Lo cierto es que la extraño y no es que extrañe al personaje encarnado por la misma persona de la que estoy hablando durante la década de los años noventa, ni tampoco una compañía transparente e invisible porque, en resumidas cuentas a quien extraño de repente y con vehemencia es a la Estefanía ciega que sabía admirar sin cuestionar. Sin embargo, esa Estefanía que se alejó de sí hace cuatro meses, se dio cuenta de que lo que tenía era miedo y no decepción.
Perdón, esto no es una apología ni es una disculpa y quiero que quede muy claro. No pienso retractarme por haberla llamado "pendeja" y luego reiterarlo hasta que un pobre periodistica campesino, mariconcito de clóset de esos que en los miércoles de ceniza se pintan una cruz en la frente como mandada a hacer por pintor de brocha gorda para luego decirle al que lo ofendió frente a todos "Dios te bendiga pero, ¿por qué no te has muerto?" se regodeó frente a su foro y sus fans diciendo que Tefa, la gran Tefa, andaba diciéndole pendeja y grandísima pendeja a quien decía admirar desde tantos años atrás... ay, si me darán a mí miedo las mariconas tapadas. A esas sí les corro porque tal cual le tapan a la familia con pañitos húmedos los culos más que taladrados y abiertos como boquetes, del mismo modo le tapan a uno la vieja neurótica que siempre quisieron ser, encerrada con plomo por siempre, plomo del que están hechos y saben romper pa' sacar el machete oxidado y volearlo creyendo que se trata de la espada de un samurái. Pobrecito, no se dio cuenta de que yo misma lo escribí en el mismo lugar, pero él bien sabe que escritor no va a llegar a ser ni parafraseándome va a ser escritor... reitero que no me puedo retractar de lo que dije porque es lo que pienso. Reitero que es tanto lo que me importan ella y sus hijos, que no me da miedo decir a viva voz lo que es más que evidente. Y reitero que si bien no debería importarme por los argumentos de que ya ella está grandecita y es "muy su vida", sí me importa porque ya estaba grandecita y era "muy su vida" la vez que la metieron a la cárcel y le dejaron la imagen por el suelo. Lo reitero, entre otras cosas, porque el sujeto aquel no se pasó dos años en un hospital mental tratando de sobrellevar el asunto de saberla en la cárcel, reiterando también que mi deseo entonces y ahora era que al salir no era verla feliz, sino saberla feliz...
De ese entonces, de los años de la persecución mediática, de los de encierro, de los de injusticia, me quedaron muchos traumas. ¿Acaso si a Gloria le pasara algo la gente que más me señaló y hasta me acusó de querer matarla, se irá a sentir tan bien y tan sonriente -Dios no lo quiera, cuando le pase algo? No, de seguro hasta van a negar que alguna vez conocieron el aeropuerto de Tampico, si es que no niegan que vivieron allá o ayudan a meterle más leña a un fuego que se conoció anteriormente y que ayudaron a avivar hasta primas que nada más por ser primas y sin conocer a Gloria personalmente juraron ser vejadas. Yo sé que algo así no volverá a suceder, ni quiero, porque hay gente que de repente quisiera que volvieran a suceder esas cosas para sobresalir ante la señora y decirle: yo estuve en medio de la tempestad.
Lo ideal entre figura pública y seguidor sería, estamos de acuerdo, que al seguidor nada más le interesara lo que a la figura le suceda en su vida pública. Pero resulta que para mí Gloria Trevi es quien canta e interpreta, últimamente de una manera que a mí no me gusta o no puedo disfrutar por el miedo que me ocasiona su novio, Armando Gómez, y no miedo a que actúe como Sergio Andrade, porque, qué más quisiera uno como fan, aunque fuera en la parte artística, que el tipo este actuara así. Ah, pero no. No, el otro parece que se comió el cuento del monstruo Andrade, lo recreó, lo está actuando pésimamente y hoy por hoy es la persona más repelente para todo su público, mismo que le da de tragar y lo tiene tan cachetoncito, panzón y viviendo como pachá, mismo al que trata como decían que Sergio trataba a Gloria y a las muchachas del llamado clan.
¿Paranoia? Ay, tal vez. Pero es que después de veinte años, cinco de ellos entre penales, viene la otra a decir: yo nunca mentí, siempre le dije a mi público en los conciertos y en las canciones lo que me estaba pasando. ¿Perdón? ¿y por qué si todo empezó en el 85 ó 89 vinimos a darnos cuenta en el 97, con todo y la espectacularización y las mentiras que le revolvieron al asunto?
Después de haber medio visto a Armando Gómez, después de saber que a los fans que se encuentra en los aeropuertos los trata como a pordioseros (y aunque lo fueran, son clientes, el cliente siempre tiene la razón), después de haber oído tantas veces tantas cosas que no cabe aquí mencionar, haré profilaxis y me curaré hasta donde pueda en salud, porque prefiero preocuparme desde antes aun sabiendo que Gloria ya está grandecita y que es muy su vida, a luego no soportar el hecho de un moretón en su cuerpo o en su alma ocasionado por ese señor.
Los otros, mientras, que sigan de estoicos viendo cómo pasan las cosas y sonriéndole al "señor". Yo sufro con lo que gozan esos babosos.
Por mientras, siento que me he descargado, que hice catarsis. Este tema puede ser borrado en cualquier instante, pues lo he escrito después de haber reprimido miles y miles de cosas durante meses.
Prosigo.
Extraño a Gloria. Muchas de las personas que me conocen o entran a este blog se preguntan por qué está vinculado a páginas de La Trevi. Eso se preguntan tanto quienes son sus fans como quienes dejaron de serlo o siguen siendo mis amigos; y sí, he renegado de ella, y he mancillado su nombre públicamente (en su página, con su conocimiento), he renegado de mí y de quien fui nada más porque tuvo la culpa de ser perfecta un día o qué sé yo para que al otro me defraudara y dejara de ser como yo quería y creía que era o fuera o debía ser. Lo cierto es que la extraño y no es que extrañe al personaje encarnado por la misma persona de la que estoy hablando durante la década de los años noventa, ni tampoco una compañía transparente e invisible porque, en resumidas cuentas a quien extraño de repente y con vehemencia es a la Estefanía ciega que sabía admirar sin cuestionar. Sin embargo, esa Estefanía que se alejó de sí hace cuatro meses, se dio cuenta de que lo que tenía era miedo y no decepción.
Perdón, esto no es una apología ni es una disculpa y quiero que quede muy claro. No pienso retractarme por haberla llamado "pendeja" y luego reiterarlo hasta que un pobre periodistica campesino, mariconcito de clóset de esos que en los miércoles de ceniza se pintan una cruz en la frente como mandada a hacer por pintor de brocha gorda para luego decirle al que lo ofendió frente a todos "Dios te bendiga pero, ¿por qué no te has muerto?" se regodeó frente a su foro y sus fans diciendo que Tefa, la gran Tefa, andaba diciéndole pendeja y grandísima pendeja a quien decía admirar desde tantos años atrás... ay, si me darán a mí miedo las mariconas tapadas. A esas sí les corro porque tal cual le tapan a la familia con pañitos húmedos los culos más que taladrados y abiertos como boquetes, del mismo modo le tapan a uno la vieja neurótica que siempre quisieron ser, encerrada con plomo por siempre, plomo del que están hechos y saben romper pa' sacar el machete oxidado y volearlo creyendo que se trata de la espada de un samurái. Pobrecito, no se dio cuenta de que yo misma lo escribí en el mismo lugar, pero él bien sabe que escritor no va a llegar a ser ni parafraseándome va a ser escritor... reitero que no me puedo retractar de lo que dije porque es lo que pienso. Reitero que es tanto lo que me importan ella y sus hijos, que no me da miedo decir a viva voz lo que es más que evidente. Y reitero que si bien no debería importarme por los argumentos de que ya ella está grandecita y es "muy su vida", sí me importa porque ya estaba grandecita y era "muy su vida" la vez que la metieron a la cárcel y le dejaron la imagen por el suelo. Lo reitero, entre otras cosas, porque el sujeto aquel no se pasó dos años en un hospital mental tratando de sobrellevar el asunto de saberla en la cárcel, reiterando también que mi deseo entonces y ahora era que al salir no era verla feliz, sino saberla feliz...
De ese entonces, de los años de la persecución mediática, de los de encierro, de los de injusticia, me quedaron muchos traumas. ¿Acaso si a Gloria le pasara algo la gente que más me señaló y hasta me acusó de querer matarla, se irá a sentir tan bien y tan sonriente -Dios no lo quiera, cuando le pase algo? No, de seguro hasta van a negar que alguna vez conocieron el aeropuerto de Tampico, si es que no niegan que vivieron allá o ayudan a meterle más leña a un fuego que se conoció anteriormente y que ayudaron a avivar hasta primas que nada más por ser primas y sin conocer a Gloria personalmente juraron ser vejadas. Yo sé que algo así no volverá a suceder, ni quiero, porque hay gente que de repente quisiera que volvieran a suceder esas cosas para sobresalir ante la señora y decirle: yo estuve en medio de la tempestad.
Lo ideal entre figura pública y seguidor sería, estamos de acuerdo, que al seguidor nada más le interesara lo que a la figura le suceda en su vida pública. Pero resulta que para mí Gloria Trevi es quien canta e interpreta, últimamente de una manera que a mí no me gusta o no puedo disfrutar por el miedo que me ocasiona su novio, Armando Gómez, y no miedo a que actúe como Sergio Andrade, porque, qué más quisiera uno como fan, aunque fuera en la parte artística, que el tipo este actuara así. Ah, pero no. No, el otro parece que se comió el cuento del monstruo Andrade, lo recreó, lo está actuando pésimamente y hoy por hoy es la persona más repelente para todo su público, mismo que le da de tragar y lo tiene tan cachetoncito, panzón y viviendo como pachá, mismo al que trata como decían que Sergio trataba a Gloria y a las muchachas del llamado clan.
¿Paranoia? Ay, tal vez. Pero es que después de veinte años, cinco de ellos entre penales, viene la otra a decir: yo nunca mentí, siempre le dije a mi público en los conciertos y en las canciones lo que me estaba pasando. ¿Perdón? ¿y por qué si todo empezó en el 85 ó 89 vinimos a darnos cuenta en el 97, con todo y la espectacularización y las mentiras que le revolvieron al asunto?
Después de haber medio visto a Armando Gómez, después de saber que a los fans que se encuentra en los aeropuertos los trata como a pordioseros (y aunque lo fueran, son clientes, el cliente siempre tiene la razón), después de haber oído tantas veces tantas cosas que no cabe aquí mencionar, haré profilaxis y me curaré hasta donde pueda en salud, porque prefiero preocuparme desde antes aun sabiendo que Gloria ya está grandecita y que es muy su vida, a luego no soportar el hecho de un moretón en su cuerpo o en su alma ocasionado por ese señor.
Los otros, mientras, que sigan de estoicos viendo cómo pasan las cosas y sonriéndole al "señor". Yo sufro con lo que gozan esos babosos.
Por mientras, siento que me he descargado, que hice catarsis. Este tema puede ser borrado en cualquier instante, pues lo he escrito después de haber reprimido miles y miles de cosas durante meses.
Espero no tener la razón, y espero que por falta de adulación e indulgencias prestadas me caiga otro hacker... digo, rayo en la cabeza y le mande a todo su staff una carta vapuleándolos y diciéndoles que yo soy colombiana, por lo tanto guerrillera y que tengan cuidado conmigo.