Ay sí, yo sé que lo de nipón pudo haberse sustituido por japonés -o más bien el término japonés vino a convertirse en el gentilicio de los nipones, pero es que me dio tanta risa haber modificado la plantilla del blog para hacerlo más serio y después ver todas estas letras formando una verticalidad tan peculiar que sólo logra esa gente o discípulos tan acuciosos como Frank Lloyd Right, que haberle puesto a esta "entrada" estructura japonesa me hubiese valido reclamos que, al fin y al cabo, siempre me han hecho.
No, no, no. Yo no iba ni voy a hablar de disciplina oriental, tampoco de arquitectura. Tenía que escribir algo porque así me lo dictaron los huesos, el instinto, el alma, qué sé yo cuál de todas las partes que conforman el cuerpo es la que le dicta a uno lo que no es necesariamente deontológico pero sí instintivo, como por ejemplo, los números del tiquete de lotería, los arrebatos de comprar algo que no sirva de nada, insistir en cosas que ni valen la pena o bien publicar por publicar, ya ni siquiera como cosa catártica o hiriente, sino porque así lo dicta esa parte del ser que bien pudiera estar ubicada dentro de la cabeza, pero no se sabe por qué le revuelve a uno el estómago y un hilo aún no descrito en los libros de anatomía jala desde el cuello hasta donde termina el esófago ordenándole a uno que cometa empréstitos de este estilo. Las musas no son, en todo caso, pues estas lo asfixian a uno hasta que alcance un perfeccionismo que a los ojos de uno termina por ser mediocre...
Como sea, he aquí la "nueva cara" del blog. En Colombia se usa mucho eso de "cambiarle la cara" o "darle buena cara" e infinidad de cosas con cara que no tienen cara, ni siquiera en un sentido figurado. Buscaré un edificio japonés con techo rojo para acompañar esta entrada que ya se me antoja a descripción o menú de restaurante fino... así de bastante divaga mi mente, vaya uno a saber si es por falta de ignorancia, abundancia de sapiencia, carencia de lo que llaman modestia o quizá todo lo contrario porque ya yo no pretendo ser quien tiene siempre la razón.
Nota: Acabo de encontrar un edificio que, gracias a lo recomendado por mi amiga Juanita, encontré en Japón. Tal cual se me figura que quedó este blog.
A veces me he hecho la misma pregunta. Encuentro varias respuestas; tal vez sean las experiencias que vivimos a diario, las personas que conocemos y aquellas que incluso jamás conoceremos, lo que en realidad nos hace escribir día a día. Pero es más soñador y romántico pensar que existe algun ser fuera de de esta dimensión, o incluso algún gen dentro de nosotros mismos, que nos dicta esto.
ResponderEliminarSoñador al cansancia, y romántico por descubrir, creo. Así que me quedo con la segunda opción XD.