lunes, 29 de septiembre de 2008

Human Flesh

Feed a Child with just a Click!

Suena muy bonito. Para quienes no leen inglés o no lo entienden, significa: alimenta a un niño con sólo dar clic. Este es un grupo al que me han invitado innumerables veces en Facebook y al que me rehúso a unirme porque, al entrar allí, sólo siento indignación. Un niño del África, somalí -es que ya es tan extrema la hambruna en Somalia, que a los flacos nos dicen somalíes, inclusive a quienes padecen de anorexia, y un gentilicio, de repente, se volvió también un adjetivo... asumo, pues, que es un niño somalí el que representa al grupo, o su imagen. Ya en los huesos, con moscas alrededor, cabisbajo, triste, esquelético, quizá muerto, ha logrado que este sea uno de los grupos con más miembros dentro de este nuevo fenómeno de la comunicación. Muchos ni siquiera hablan el inglés, pero ahí están, porque sumarse a un grupo es muy fácil, más cuando una imagen tan desgarradora es la que los representa como esa comunidad que al dar un clic alimenta al niño.
¡Atroz! Es realmente deleznable y desde todo punto de vista lamentable que para atraer la atención de la gente imágenes de ese tipo tengan que ser utilizadas (si mal no estoy, esta de la que hablo tiene un premio).
También recuerdo cuando asesinaron a Sadam Hussein. Creo que ningún video fue más visto en YouTube, ni más enviado por correo electrónico, ni más capturado por otros medios impresos y televisivos para darnos el espectáculo de Año Nuevo, tal y como en tiempos de bárbaras naciones, convidándonos a ver cómo muere un hombre ahorcado, haciéndonos olvidar de la condición humana, echando mano de todos los defectos que como ser humano tuvo para así redimirnos de algo que no tiene redención, y es el espectáculo del linchamiento, el goce que se siente al oír gritar, bendecir, maldecir y dar el último suspiro. ¿Acaso se nos olvidó que la muerte tiene algo de sacro, de pulcro, de personal? ¿Por qué, de repente, en esta era moderna y técnica, nos dio por hacer de los asesinados en combate o en santa paz un trofeo de guerra, de hambruna, de miseria?
Yo, criada dentro de la fe católica, bautizada y con mi primera comunión encima, desde muy pequeña le tenía pánico entrar a las iglesias. Me daba pánico ver a Jesús crucificado, sangrando por todo lo que de su cuerpo quedó, ver los clavos en sus manos, las espinas en su cabeza, sus pies martillados tantas veces por quienes quisieron revivir su pasión, matándolo en cada semblanza, en cada fresco, en cada estatua o altar. Al momento de recibir la comunión y enterarme de que me estaba tragando su cuerpo, me sentí tan caníbal como Hannibal Lecter, y no porque ahora demerite lo que el rito tiene de suyo, pero es que con el cuerpo de Cristo ya han hecho más que con el de cualquier prostituta, y, lo que es peor, con el cuerpo de un Cristo ya muerto, acrivillado, humillado, escupido, maltratado y con hiel.
Así mismo, y creo que eso les viene de lo mucho que aprendieron de Roma (el circo), para evitar el aborto, envían mensajes en cadena con videos que no sé de dónde y para qué los sacan de fetos perdiendo las extremidades, hasta que de ellos ya no queda más que un útero vacío, y a mí no sé ya qué cosa se me hace más repugnante y atroz, si ver esos videos completos, el aborto en sí o la crueldad y el dolo utilizado por los feligreses que están en contra de este para evitarlo.
Ahora, cuando retomo este escrito después de nueve meses, el niño moribundo del África tiene ya un grupo en español. Cinco son los amigos míos que se le han unido, y cinco las invitaciones que he recibido para pertenecer a este grupo que nos evade de toda responsabilidad, porque, ¿para qué habré de ser más compasiva si ya me uní a este grupo? Y quienes lo hacen, o lo hacen convencidos de que están ayudando, o llenos de lástima se vuelven miembros de él para no cargar con la culpa del hambre que azota a la niñez en el mundo.
Repito que es lamentable, y más que eso, lastimero, saber que la gente se motiva a participar en estas cosas mientras más crueles sean las imágenes y más estúpida la causa. Sé por experiencia que cuando uno se suma a esos grupos en Facebook lo hace más por demostrar a qué cosas se adhiere uno y a cuáles es adepto que para apoyar realmente, o, si es del caso, querer demostrarle a la sociedad cibernética que tal grupo es más numeroso que otro, porque por supuesto que el clic que yo dé en donde sea no alimentará jamás, y mucho menos nutrirá completamente a un pobre niño que lleva meses sin comer y ya con su pequeño organismo dañado por esto.
¿En eso se nos convirtió la compasión? ¿en dar un clic en un grupo que nada tiene que ver con esos otros que pretenden acallar las carencias alimentarias sólo para no sentirnos tan mal? ¿la solidaridad se volvió en ser alguien más, de un montón, para creer sabiendo que no es verdad que se le está ayudando a ese niño? Reitero: esto es de lástima. Crear un grupo dentro de esa red social, también lo sé porque lo he hecho, es lo más fácil que hay. Sólo basta con darle un nombre, rellenar unos cuantos cajones y listo, sube uno la foto y ya existe el dichoso grupo, o la causa, o lo que sea. Unirse es todavía más fácil, pues, en este caso, sí se está a un sólo clic de ello, ni siquiera de dos. ¿Y ya con eso alimentarán al niño? Qué ingenuos y qué crueles, qué morbosos y qué caníbales, qué imbéciles en resumidas cuentas.

domingo, 21 de septiembre de 2008

21 de septiembre






Cierto es que para sembrar un árbol hay que abonar el terreno. Ahora bien, si lo que se quiere es una cosecha, habría que determinar qué número de hectáreas, cuadras, o bien kilómetros cuadrados debo preparar con cautela para que mi cosecha tenga buenos frutos…ni qué decir de la utilidad de aquel material en proceso de descomposición o putrefacción.

Pues bueno, más o menos de eso intento hablar. No se ha equivocado usted de página, no. Esto no es un breve curso de agricultura, ni mucho menos. Lo que pasa es que cuando de casos y cosas mediáticas se trata, todo tipo de analogía, creo -o al menos de eso he podido darme cuenta a lo largo de estos casi diez años- puede llegar a ser válida.

Supongo que usted, como yo, tiene su televisor en su casa, y hace ya más de una década cuenta con un servicio de cable que le permite tener acceso a canales internacionales. ¡Qué bonito es todo esto de la globalización! Usted allá (quizá en el apartamento del lado, tal vez al otro lado del charco, allá en Europa) hoy puede enterarse, al mismo tiempo que yo, al mismo tiempo que miles de millones de personas de lo que posiblemente –y hago énfasis en lo de posiblemente- esté sucediendo en Irak, Kazajstán o a la vuelta de la esquina. Al otro día, en el periódico, quizá encuentre la noticia un poco más amplia, más sesgada…todo depende del diario al que esté inscrito o al que tenga acceso.

Aún no podría hablarle de este medio, el bendito Internet que nos vino a salvar de cuanto mal existe en el planeta, junto con las nuevas tecnologías y los sistemas sofisticados que todo pueden almacenarlo pero que aún nada pueden explicarlo, simple y sencillamente porque Gloria Trevi corrió con la suerte de que en el momento en el que se empezaba a abonar el terreno, no sólo con materia en estado de descomposición y putrefacción, sino también con cierto tipo de productos hidropónicos importados – porque es que el formato, quiero decir, la sustancia que bajo el pretexto de los tratados libre intercambio, digamos que bajo la vil excusa de la libertad de prensa, que es lo que nos interesa para el caso, fue el mismo que se utilizó para "cubrir" el triste y célebre caso del deceso de la Princesa Diana y encubrir o desdibujar otros acontecimientos de verdadero interés político, cultural y social a nivel internacional-. Otros tienden a compararlo con el caso del ex jugador de fútbol americano O J Simpson, mas creo que a partir del de la muerte de Lady Diana la nota roja empezó a ser una parte no sólo novedosa, sino tristemente esencial, dentro de las sociedades laicas y modernas actuales (al menos las que se dicen tales) y, por supuesto, dentro de las agendas noticiosas "serias".

América Latina no habría de quedarse atrás, ni más faltaba. Menos si se toma en cuenta que por estos lados la televisión, más que un fenómeno, marcó un acontecimiento. Y allá, en el extremo norte de la lengua española en el continente, por ese entonces, aún faltaba un país que necesitaba mostrarle al mundo que tenía una democracia, pues acababa, ni más ni menos, de firmar un tratado de libre comercio con los dos países que se ubican exactamente arriba de él desde el punto de vista geográfico. ¿Eso qué? El ALCA en este caso es lo que menos –eso creo y espero- importa.

¿Quiere que le diga qué andaba haciendo la Trevi en Brasil mientras el gobierno mexicano, de la manera más ridícula, teniendo en cuenta la peligrosidad de los criminales colombianos, brasileños y bolivianos que refugiaba y refugia le pidió ayuda a la Interpol para que aclarara –hasta ese entonces- por qué el hijo de un par de pelafustanes había sido deportado desde España por descuido de sus padres? A menudo se me cuestiona: "pero si era inocente, ¿para qué ese ente policivo habría de buscarla por mar y tierra?" La misma pregunta me hago yo. Hasta hace muy poco la justicia colombiana requería del testimonio de Rafael Noguera, ex director del DAS, sindicado de haber cooperado con grupos narcotraficantes de autodefensas. Al respecto dijo el señor que se encontraba en España y que no tenía un solo centavo para regresar a dar sus declaraciones al país. ¿Y la Interpol? ¿No se supone que el mundo entero está en una guerra o lucha contra el terrorismo?

Hasta ese momento, es decir, hasta mediados 1999, Gloria de los Ángeles Treviño sólo había sido sindicada por parte de los medios –de cuanto medio- de comunicación existía en su país, de pertenecer o liderar una secta satánica, propiciar encuentros amorosos entre Sergio Andrade con su entonces esposa Aline Hernández y de haberse quitado dos años de edad. Ah sí, y de haber dicho en una canción, al principio y muy rápido odagitsac, lametsicihol (son anagramas, así que favor leer al revés) y recedebosebedoseop.

Se había publicado un libro que prologó la conductora de un programa vespertino que, desde que Gloria no quiso firmar contrato de exclusividad con una televisora que recién estaba inaugurada, esa que desde su fundación juró no cometer los mismos errores de la vetusta competencia (de hecho lo cumplió, hizo cosas peores), desde 1997 hasta hoy, 5 de febrero de 2007, todos los días a las seis de la tarde, se ha dedicado de manera mediática y alevosa de enlodar su nombre sin ningún tipo de pruebas. A ese libro, entonces, se le sumaban los programas vespertinos de una hora ya mencionados; el terreno estaba arado, sólo era cuestión de envenenarlo…digo, de abonarlo.

Allá mataron a un conductor de televisión que, de casualidad, acababa de firmar contrato con ellos. "Ay, pero no, esto en nada se parece a lo de la Princesa de Gales, necesitamos algo más espetacular, lo del Chupacabras no nos funcionó, ¿qué le hacemos, comadre? Al Sol va a estar difícil incriminarlo, del Divo de Juárez no hay mucho por decir, lo de las muertas de esa ciudá no es muy conveniente mencionarlo, y en realidá no es cosa que pueda indignarla usté, la que está en el lavadero y le puede dar rienda suelta a su imaginación aumentándole de su propia cosecha al asunto mientras friega la ropa con rabia porque se acordó de lo que le hizo el marido anoche, como a usté, señora de la alta sociedá que tiene hijas y bien puede expiar tanto sus errores como los de ellas con lo que le vamos a decir.

Yo sí sé de un tema, disculpe la hipocresía, porque trabajé con la competencia por mucho tiempo y además estuve en la intimidá con quien maneja artísticamente a la que fuera un fenómeno social y nos hizo un desplante porque no quiso lavar dinero en Las Islas Caimán a cambio de una suicida etsclusividá, orden del Patroncito, quien, entre otras cosas, tiene primitos en la cárcel que son hermanos de ex presidentes… y si bien doña Trevi, mi ex muñequita, no tiene rabo de paja o cola que le pisen, Sergio Andrade "se las gasta", ¡Ja! Y de qué modo. A mí me consta, me ha constado por años, las cosas que mi amante menguante nos hace a las mujeres, tan deliciosas como fatales, por el despecho que me queda de ya no tenerlo en mi cama y aprovechando las órdenes del patrón, lo que vamos a hacer de Gloria Trevi no tendrá nunca jamás parangón".

A partir de esa decisión funesta y mefistofélica de cambiar audiencia nunca antes obtenida para poner en riesgo la credibilidad, sin mencionar la honra, el buen nombre, la imagen y la carrera de una persona, en ese mismo canal (sume seis, que es la hora en que lo transmiten, más siete, que son los días de la semana, y obtendrá como resultado la frecuencia) la Chimoltrufia, o muchas versiones de ella (cuatro exactamente) empezaron a aparecer cada día. "Usté bien sabe que como digo una cosa, digo otra". Lo que pasa es que no fue suficiente, lo de los "testimonios" estaba dando muy buen resultado, pero se podía más, se podía incluso ir más allá de la tempestad creada, crear ¡eso es! Un huracán con todo y ojo. Un programa que se trasmitiría los domingos con todas las pretensiones del reportaje más serio, de tal manera que Gay Talase, Truman Capote, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis y Oriana Falacci decidieran, al fin, arrodillarse ante semejantes maestros y quemaran sus obras para aprender, desde cero, cómo se deja a un lado una investigación exhaustiva para demostrar que hubo infanticidio en Brasil, simplemente porque una cámara de televisión grabó a la presentadora del programa a la orilla de un río en las afueras del Distrito Federal mientras narraba a través de un micrófono con la insignia multicolor, "en vivo y en directo", cómo aventaron una maleta que adentro tenía un cadáver. Música de fondo entre melancólica y tétrica, imágenes de una bebé preciosa, lágrimas provocadas por la polución de la ciudad.

La otra, la ofendida, la que interpuso la demanda, oriunda de la ciudad a la que Gloria fuera extraditada el 22 de diciembre de 2002 en un avión privado y con todos sus derechos como ciudadana mexicana y ser humano vulnerados, de un día para otro (bueno, de diciembre a mayo) de repente se declaró loca, convocó a una rueda de prensa de carácter urgente en la que micrófonos rojos y verdes con la misma insignia multicolor primaban ante los de las demás cadenas televisivas y radiales. Primero, la ilustre muchacha declaró para todos los canales del mundo: Son unas finísimas personas –refiriéndose a Gloria Trevi y Sergio Andrade-. Yo no estaba secuestrada, estaba trabajando y estudiando, aprendiendo con ellos (le faltó decir que vivía como reina a costillas de la finísima Gloria). No se me olvida; era 17 de diciembre de 1999 y llegó a la Ciudad de México acompañada por Marlene Calderón, quien de inmediato fuera apresada y puesta en mano de las autoridades del Estado norteño que viera nacer a ese prodigio del piano, a esa señorita pulcra, impoluta y virginal. Su pelo era de color natural, si acaso tenía algunas iluminaciones. Para mayo apareció rubia, "radiante", "preciosa" y traumatizada, muy traumatizada, con una Biblia en la mano declarando que en ese libro decía que la verdad la haría libre y que por eso iba a revelar que, a pesar de tener permiso notarial firmado por sus padres para recibir una cantidad mensual de dos mil dólares y estar al lado de Sergio Andrade para aprender piano, viajar por el mundo entero a expensas de lo que Gloria ganaba, etc., efectivamente había sido violada, ultrajada, secuestrada, corrompida y abusada por ellos dos y María Raquenel Portillo. Yo sí la noté muy corrompida y también se le notaba que le habían lavado el cerebro, como ella misma lo dijo. Aparte de tener su cara cargada de maquillaje, se notaba que le habían hecho un peeling y un estilista le "mejoró" el pelo. Su tono de voz había cambiado, así como sus expresiones. Las declaraciones, más salidas de un libreto que del alma pura y ultrajada, durante el día las transmitieron unas seis o siete veces, anunciándolo como noticia de última hora, recalcando la importancia de las palabras de la ahora adulta, la otrora infante (acababa de cumplir sus dieciocho años) para la agenda política, económica, legislativa y constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. En la tarde, por supuesto, aparecieron en ese maravilloso programa vespertino, con declaraciones de la niña EN EXCLUSIVA, en vivo para toda América, "quien está con nosotros vía telefónica y con nuestra corresponsal en…" en donde dio las declaraciones. Declaraciones que, por demás, no han dejado de transmitir después de siete años.

De repente, por esos mismos días, una de las "coristas", la principal accionista de la compañía Conexiones Americanas, empresa que contrataba a las personas que trabajaban para Gloria y en la cual estaba invertido todo el capital ganado en conciertos, programas, palenques, discos, revistas y demás fortuna amasada por la Trevi durante años, también decidió declararse loca. Lo de aclarar que estaba loca no era necesario, pues sabiendo cómo era ese infierno dantesco que describió para que la sacaran de la cárcel por arte de magia, convenció a su papá, un psicólogo de Puebla, para que dejara ir a sus otras dos hermanas a vivir y viajar por toda América y Europa con esos demonios atroces. Aun sabiendo cómo eran las cosas con Andrade, calló y permitió que ellas tuvieran su cosa con él. Que no quedó en cosa porque de hecho cada una tuvo premio de bonificación: Milton, hijo de la una, Valentina, hija de la otra, Andrade padre de ambos.

Curioso fue también que coincidieran esos ataques de locura con el lanzamiento del libro de la ofendida pianista -más ultrajada que consagrada según lo escrito y descrito en ese Best Seller, obra magna de la literatura universal, publicado por la misma casa editorial que editó el que escribió Rubén Aviña… perdón, Aline Hernández.

Televisa, por su parte y por supuesto, tampoco podía quedarse atrás. El nombre Gloria conjugado con Trevi daba más niveles de audiencia que cualquier otro programa o noticia. Ellos fueron un poco más corteses, por llamarlo de algún modo. No le pusieron ojo a huracanes ni oídos a tempestades sino que tomaron el nombre de una de las canciones más exitosas de Gloria, El recuento de los daños, para sacar una serie mucho más rica en imágenes, pero igual de sucia en contenido temático a la otra. En esa, además, muchos prestigiosos presentadores y artistas de repente se acordaron que tenían memoria y empezaron a narrar sus vivencias con el llamado Clan. Por ejemplo, uno decía: ay, yo me acuerdo que Gloria olía mal. Otro salía con una cosa todavía más aportante para esclarecer el asunto de la corrupción de menores y la violación equiparada: "Gloria, antes de subirse al escenario, era callada". Otro, para confirmar aquello del secuestro, juraba por su madrecita santa que Sergio Andrade era un excelente músico, un gran productor, muy exigente, pero muy mujeriego. De verdad que me quedó más que clara la participación de Gloria en el asunto de las violaciones cuando un conductor de Telehit dijo que Ella siempre le había caído mal.

¿Cree que estoy bromeando? Cuando yo me ponía a defender a Gloria, me decían: ¿es que acaso no ves la tele? Yo sí la veía, la sigo viendo. También leo los diarios de todo el orbe. Y al respecto, lo que sí puedo decir es que en toda la historia de la televisión en América Latina con su efecto totémico, nunca se han gastado tantas horas, días, meses y años al aire como en tema. En cuanto a los medios impresos y escritos, sobre una figura pública aún viva, no he visto que se escriban tantos libros, columnas de opinión (y no sólo de la sección de entretenimiento y farándula), editoriales, titulares, primeras páginas y secciones fotográficas con respecto al escándalo que envolvió a Gloria.

El 21 de septiembre de 2004, Televisa le dedicó ocho horas al cubrimiento de la liberación de Gloria. Ocho horas en su canal más importante, El Canal de las Estrellas. Durante esa semana y los meses que siguieron no se habló de otra cosa en cadenas como Telemundo, Univisión, la que le compite a Televisa. Periodistas de todas las categorías tuvieron la exclusiva, a excepción de aquellos que trabajan para la que inició con el vil negocito de mancillar su nombre.

No obstante, el 8 de marzo de 2007 el Estado de Chihuahua confirmó la sentencia absolutoria para Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz y de ello me enteré porque soy su fiel seguidora y estoy inscrita a un programa que se llama Alertas Google, en el cual me envían todo tipo de noticias que contengan su nombre. ¿Y sabe cuántas notas me llegaron? Diez.


Nota aclaratoria: Esto se publicó exactamente hace un año en una página de Gloria Trevi. Por cosas de la vida en las que quizá ahondaré en otro momento, la amistad que me unía a la persona que me pidió escribir esto se deshizo, por capricho mío se quitó de ahí y cuando quise rectificar fue demasiado tarde. Por tanto, siendo algo de mi creación, se me hace justo publicarlo en mi blog, conmemorando este día tan especial para todos los fans de Gloria y empezando una nueva etapa. Por demás está decir que muchos nombres se omitieron, pero espero que por la descripción, quienes me leen, sepan a quiénes me refiero.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Vuelvo y Cuento

Nueve
Diez
Once
Doce

Cuente usted también, le hará bien (no es redundancia, es una cacofonía que necesitaba emplear) no sólo con que yo siga contando números y cuentos, sino también números para que se calme y se relaje, que no todo es tan en serio ni nada es más serio que tomarse esta vida sin el pecho y hacerlo todo con serenidad, dignamente, pacíficamente.
Un fenómeno de esta ciudad que me llama a mí la atención y la tensión, es que no es tan rara. De hecho es la realidad pura; por tanto, dirían los estoicos, es la perfección, hay que dejar que las cosas fluyan porque Dios no hace las cosas porque sí, aunque, en lo personal, no me parece justo adjudicarle todos los males ni a Dios, ni a lo etéreo, ni al destino o a los hados. La ciudad, entonces, es tan normal que no es rara, esto es, nada fuera de lo que sucede comúnmente ha dejado de suceder allí, pero, ya aclarado esto y sin terminarlo, me parece pertinente hablar de mis tensiones y llamadas de atenciones, como ese acontecimiento al que llamamos modernidad y que está tan pegado y apegado a su hijo, el liberalismo, padre de la Cabeza Rodante, un restaurante francés ya muy respetado desde 1789 y cuyo plato más famoso es La Guillotina acompañada con Ley y Democracia.
He aquí, pues, el comienzo de la historia (también de La Historia Occidental) de Moderna:


Prefacio

Dicen que cada persona es hija de su tiempo. O al menos eso se dice de los filósofos. El caso es que Justina no; Justina, como la prensa, como los modelos económicos neoclásicos y las democracias actuales, es una verdadera hija de puta, una bastarda legítima concebida por el liberalismo y la modernización.
Tan hija de puta era Justina, que dejó de ser Justina; la muchacha soñadora e idealista que jugaba a los piratas con su abuelo y diseñaba el vestuario de sus muñecas con su abuela, se esfumó, quedó atrás –decía- en cuanto pisó por vez primera el aula de una Universidad ultramoderna en Tokio y consiguió el título de economista. “Ya no soy Justina”, dijo. “Justina es el nombre con el que me bautizaron según las tradiciones, Justina quisieron llamarme mis abuelos para hacerle honor a un personaje de Juan Rulfo. ¡Por favor! ¿Cuál es esa insistencia, esa cosa en la que persisten los viejos de andar evocando lo antiguo, lo viejo…lo que ya no se usa? Yo soy moderna, y Moderna he de llamarme”. Así de idiota era la pobre. Y eso que para ese entonces ni siquiera tenía los títulos de doctora en estadística, administración de empresas (países) internacionales, tanteadora de realidades y diseñadora de ficciones. A mí se me perdonará que no pueda enumerar aquí la infinidad de diplomas que obtuvo en las más prestigiosas universidades del mundo, pero es que, a pesar de que Moderna diga que ya existen aparatos que pueden contarlos, yo, como su abuelo, creo que el conocimiento no puede ser ni cuantificable, ni calificable. Puedo decir, sí, que con los muchos cartones que le dieron podía construirse una casa; pequeña, pero al fin y al cabo una casa, o al menos una habitación un poco más grande que los tugurios de los barrios marginales de la ciudad donde creció.
Moderna, como casi todas las personas honorables de estos tiempos, era una profesional de tugurio…la cabrona todavía es así. Lo que pasa es que a Moderna, en su afán de ser moderna, se le olvidaron todas las conjugaciones que tiene el español para el pasado, así como muchas de las palabras bonitas que tiene este idioma; Moderna, por ejemplo, entra a un restaurante y pide syrup, no almíbar –“Es que esa palabra viene del árabe y los árabes aún viven en el oscurantismo”, piensa ella. Yo, romántica que soy, la describo en pasado para engañarme por un instante y creer que este personaje sólo es eso: cosa del pasado y no un anhelo de lo que será el mañana. Mas no es esto una añoranza (Moderna detesta añorar porque detiene, retrasa, impide una cosa que ella denomina Progreso, si bien para vender más y aunque no se dé cuenta, diseña cámaras fotográficas digitales que pueden simular tiempos pasados y logran capturar imágenes en blanco y negro o en sepia, quizá pidiendo perdón, tal vez ofreciendo disculpas por las molestias causadas, tal y como lo hacen las construcciones modernas. ¿Acaso no las han visto diciéndole al peatón, al chofer, a los vecinos y hasta a los perros que las disculpen? El ruido de los taladros, los cinceles, los martillos, los sopletes y serruchos son sin duda una cosa de malísima educación. Las balas, el reggaetón y las bombas no, que esas no provienen de obreros que fabrican hogares, sino de administradores de países y diseñadores de ficción como Moderna, que creen que para alcanzar la modernidad y demás ideales que ello implica, pueden morir cuantos seres humanos sean necesarios y, por qué no, ensordecer y enloquecer otros tantos… La Santa Inquisición ya pagó por esas culpas y es la excusa para que Moderna y sus secuaces puedan seguir modernizando y secularizando –catequizando y evangelizando, no es muy distinto- a punta de camaritas digitales que simulan lo que ya fue, como una forma de pedir perdón por las molestias causadas ), es, por decirlo de algún modo, una forma de aniquilar con tinta y papel lo que escrito con piedra está…pero bueno, como dice una amiga mía “La roca erosiona y hasta el mar se seca; el roble se quiebra cuando el rayo truena”.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Cuento

Uno, dos, tres y cuatro...
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Era una ciudad rara. El carnicero fungía como fiscal y forense, mas nadie se extrañaba, pues ni fiscales ni forenses había desde que se percataron sobre lo nutritiva y barata que resultaba la carne humana, alimentada del todo y de la nada, asesinada en mataderos que eran la ciudad misma, el mundo entero, casi de manera industrial pero, vaya uno a saber por qué, las autoridades a esto preferían llamarle al asunto "asesinato", "crimen", y a las calles, avenidas, aceras, praderas y demás, las denominaban "escenas de", como si se tratase de una obra de teatro.
A pesar de que nadie estaba loco por ello, había, sin embargo, manicomios especializados para todas las categorías en las que puede encerrarse a un ser humano, y no, no en espacios, en categorías taxonómicas, como por ejemplo: "tú eres negro, yo soy blanco", "tú marica, yo soy macho", yendo hasta el extremo de compararlos con atributos que tienen los objetos, ya cansados del antropocentrismo o quizá muy apegados a la tecnofilia: los bipolares, como las pilas, estaban todos en los manicomios, mas las pilas no, ni el planeta mismo, que también tiene dos polos, como tantas otras cosas. A lo que estoy escribiendo, eso sí, le llama locura un amigo mío (es que aún no se topa con don José, el Saramago).
Me disculpo, señor lector, si encuentra usted exceso de comas. Al menos hay de eso en abundancia, y no de comes como verbo conjugado en el presente no sé cuál, al fin que yo de hambre no habré de quejarme, ni siquiera de la mundial, porque, como iba diciendo, el carnicero se ocupó no solamente de brindarle a la comunidad sus servicios como el sujeto que rebanaba la carne de las reces, cerdos, pescados y aves, sino que también tuvo a bien la buena idea de reciclar, por qué no, la carne humana, misma que se habrían de comer especies inferiores según escalas darvinistas malinterpretadas y que, en todo caso, alimentaban con el mismo karma de la vaca cuya leche fue extraída después de haberle despojado de su ternero.
Yo no sé por qué siempre pasa tanto en cuentos como en la vida real, que el villano, el pendejo, el viejo o el bruto dicen las más grandes verdades conocidas por los hombres, aun si han pasado cinco millones de años o un minuto entero, pero el muchacho al cual le diagnosticaron un retraso mental, conocido por la comunidad global como el Retrasado Mental, habitante de un país llamado Colombia, fue quien dijo, sin intenciones segundas o sarcasmos que "yo no sé a mí por qué me llaman retrasado si jamás he votado por Uribe".

Cinco, seis, siete, ocho...


Hace tanto no hago cuentos que prefiero contar y esperar a ver qué surge de todo este enredo. Lo que quise decir con respecto al canibalismo, creo, se refería a la filosofía que manejan los vegetarianos, aquellos que tienen conciencia planetaria y cósmica, los de cuerpo astral y carta también astral; digo, si matar vacas y comérselas o consumir sus productos es pecado, ¿por qué va a serlo el comer carne de la propia especie? Se recicla toda producción humana, así que aquello de reciclar cadáveres de personas masacradas no tiene nada de malo, ni nada es malo tampoco, pero en cuestiones morales, ¿cómo va a ser malo tragarse al que ya ni siquiera hubo que cortarle nada, pues la motosierra le cortó hasta los pelos? Y una bala, por decir un ejemplo misericorde, es preferible a un campo de concentración en el cual se pueden exterminar a miles de millones -o "sólo" a seis millones a un mismo tiempo. Y aclaro que no estoy argumentando nada, ni siquiera justificando, ni más faltaba, que esto es un cuento y yo estoy guiada por la malta y la cebada fermentada, vegetales que ni siquiera les quito a las ratas o conejos o cucarachas o sepa qué otro tipo de tragones coma de estas cosas; los borrachos no somos como los niños, ni decimos la verdad, pero sí somos vegetarianos, pues ningún producto con porcentaje etílico está hecho de elemento distinto a yerbas y plantas.
¡Hombre!, el mal uso del lenguaje nos llevó a todo esto... o quizá el utilizarlo nada más, hasta una saciedad insaciable, hasta un infito finito, hasta que la misma muerte tenga que morirse y nos deje hastiados de nosotros mismos.
No sé tampoco qué fin o finalidad tenga este cuento, aunque no quiero llegar al nihilismo, pues, aunque no soy todera, sí considero que hay un todo... no, no es esto un juego del lenguaje, es un lenguaje jugado y conjugado para no aburrirme mucho, para sacar lo que venía redactando en la cabeza desde que llegué a la Universidad y no alcancé a llegar temprano a clase. En todo caso, no cuente con que este cuento siga, porque nadie podrá asegurar si yo vaya a seguir con esto de tomar cerveza cada que me encuentre con un viejo amigo. Aún si así lo fuera, nada garantiza que a mí se me dé la gana de continuar con esto, así que si la cosa queda inconclusa, ya veremos, algún día saldrá impreso, si es que aún, para ese entonces, todavía se publique en papel

martes, 9 de septiembre de 2008

Sobre lo que sucedió el domingo...

Ja, yo no tengo ya cabida en el mundo de la Trevi, pero la Trevi sí tiene cabida en el mundo mío, así que hago una réplica exacta y le doy copy-paste a lo que escribí hace unos instantes en mi Facebook, porque vamos, no puedo admitir a todo el mundo allí pero soy tan mamona que sí quiero que todo el mundo me lea por aquí:


La Cadena Televisa, el emporio mexicano con más tradición y vigencia de todos los tiempos (sí, inclusive más que el PRI porque al menos Televisa tiene todavía poder, y mucho) empezó hace dos domingos un nuevo Reality Show en la categoría de caridad y convocatoria de lástima ciudadana, Sangre de mi sangre, en el cual participan familias mexicanas con desgracias tan dignas que sólo pueden ser exhibidas en televisión nacional, horario triple A, los domingos en la noche, ni más ni menos en el espacio que llegaran a tener programas de la categoría de "Siempre en Domingo", ni más ni menos, pues ya se sabe que sus telenovelas, comparadas con el dramatismo y la miseria que se muestra en este nuevo programa de "realidad", ya no logran ni la misma audiencia, ni tampoco el interés que despertaban antaño.
Siempre fui seguidora de las telenovelas de Televisa, nunca he estado en contra de ellas ni me parecen tan ridículas como las quieren pintar. En los últimos años, sin embargo, salvo el éxito que tuvo y sigue teniendo el grupo RBD, el cual surge de la telenovela Rebelde, dirigida por el siempre exitoso Pedro Demián, la empresa de los Azcárraga ha demostrado no ser capaz de tener público cautivo con creatividad, calidad, buenos actores, irrecuperables productores (Ernesto Alonso, por ejemplo) y artistas comprometidos realmente con sus carreras, no con su popularidad.
Así, incluida la telenovela Rebelde, durante los últimos siete años, se vieron en la muy penosa necesidad de empezar a copiar telenovelas de otros países, programas con formatos idénticos a los norteamericanos y europeos, con el toque mexicano distintivo pero no distinto de la basura creada en otras lenguas y lugares del mundo.
Del poder que tiene no voy a renegar, como tampoco de los programitas de chismes, ni de los "talk shows" puestos en manos de Laura León para superar con creces el reconocidísimo y muy jocoso de Laura Bozo, en Perú, pues a mí siempre me causan gracia y de lo que disfruto pocas veces reniego. Además, si Televisa tiene poder, tanto como para poner presidentes de la nación y destruir carreras o construirlas, ese ya dejó de ser un problema mío que en todo caso nunca pretendí resolver.
En cierto modo me merecen un dejo de respeto, aun con sus programas matutinos, vespertinos, nocturnos, diurnos y de todas las horas ya insufribles que contiene un día.
Lo que a mí realmente me parece caótico y digno de repudio es el programa del que hablé en un principio. Yo sí entiendo por qué la gente (tanto espectadores como concursantes y artistas de intenciones filantrópicas) se presta para ser partícipe de la miseria; también entiendo que el ocio está consagrado dentro de casi todas las cartas políticas de nuestros estados modernistas y a la vez papistas, pero me es inconcebible que aún se hable de los espectáculos romanos con tanta indignación, asco y asombro, de las cacerías de brujas en la Edad Media, inclusive del maltrato hacia los animales en las corridas de toros, cuando toda la sociedad en pleno cree que por comprometerse a ser benefactora de ella viendo programas de ese carácter y, lo que es peor, participando con sus mensajes y sus llamadas para defender causas o sueños tan dignos como los propios, pues tragedias hay en todos los hogares y familias, tal vez no tan dramatizados como los de Sangre de mi sangre, pero, al fin y al cabo, más propios y menos vulgares.
He visto, tanto en el Facebook como en el Metroflog y foros de la única artista que participa en el programa y me ha merecido en la vida admiración, propuestas de comprar tarjetas de celular que alcanzan un monto de 50 dólares para salvar, más que el sueño de la familia Arredondo, la dignidad tantas veces vapuleada de Gloria Trevi. Que envíes la palabra Gloria a tal número para que la D'Alessio se trague sus palabras, que compra tarjetas de 500 pesos para que te den el doble y puedas enviar mensajes toda la semana, que deja de comprarle la leche a tus hijos para que la Lupita ya se calle su pinche hocico, y claro, yo que fui fan y conozco la visceralidad con la que actuamos, no dudo que muchos dejen de hacer y comer por salvar a Gloria.
Pero de eso tampoco me estoy quejando, o puede que sí, porque la idea del programa es tan noble como perversa, y a un fan muy poquito le importa la precariedad económica propia y de los involucrados en el show con tal de salvarle la dignidad a su artista, y son poquísimos los ciudadanos con conciencia y razón como para sopesar la situación que se presentó esta semana y actuar de manera adecuada, que, siendo tan conscientes y racionales, entre otras cosas, no gastarían un sólo centavo para sacar de la miseria a personas que se prestaron a ser más miserables mostrando sus heridas o lamentables situaciones ante el público latinoamericano y darle audiencia a una empresa que ayuda mucho a que su problema sea más y más complicado. Por supuesto que no me refiero a la herida de Amadita, esa que mostraron el domingo, ni tampoco a su problema dermatológico. Me refiero a la comercialización de sus angustias y a la prostitución de sus anhelos, porque es que a mí no me cabe en la cabeza cómo demonios puede llegar un sujeto a perder todo tipo de pudor y de decencia y llegar al punto de exponer cada ocho días su desgracia de manera pública, dejándola a la suerte y al parecer de miles o millones de personas que los ven para no perder el tiempo de sus domingos y gastárselo en algo distinto a mirarse el ombligo.
No conformes con todo ello, entregan estas causas a artistas de renombre, muchos de ellos necesitados de ser nombrados porque últimamente no figuran, cuando no es que sin necesitarlo van y abanderan una de tantas creyendo que tienen la misma vitalidad de hace unos quince o veinte años, atendiendo con toda mediocridad las personales, atentando en contra de sus voces y actuaciones en sus carreras para que igual cometan los mismos errores cada domingo y defrauden con creces a desgraciados y admiradores.
Eso por un lado, porque todavía me falta el de los jueces y vuelvo a lo mismo: ¿cómo es posible que después de someterse a la presión de presentarse con sus problemas a bailar y cantar junto a un artista famoso cada semana, pongan en manos de ególatras amargados la salvación de sus penas y desdichas? Y he aquí la gran tragedia, pues ni los jueces cumplen con las características y aptitudes necesarias para serlo, ni los concursantes con la capacidad suficiente para estar a la "altura" de sus criterios, y fue entonces cuando una señora conocida como Lupita D'Alessio, cantante, juez y parte, pues su hijo apadrina una de las penurias que a mi juicio es quizá la más merecedora de la caridad comunitaria del televidente, se fue lanza en ristre en contra del "performance" que hiciera Gloria Trevi. ¿Por qué no cantas nunca segundas voces?, la increpó. A mí no se te ocurra decirme que canto con gritos, yo sí canto e interpreto, y con esa actitud no vas a conseguir que cante alguna de tus canciones... No, no me respondas, tienes un 4". Ay, pero Gloria le contestó, con tan mala suerte que el peso de las palabras de Gloria, ya acostumbrada a ataques más feroces y preguntas más suspicaces, dejaron a la pobre Leona Dormida más histérica de lo que ya estaba después de ver una entrevista en la cual la Trevi, en tono de burla inocente, le contó a Adal Ramones, conductor del programa, que cómo era posible que en el episodio anterior la hubiese criticado por gritar en su interpretación, pues era "como un burro hablando de orejas". He ahí que la burra que habló de orejas, la Leona que desde el comienzo del programa dio innumerables muestras de una menopausia que la está afectando psicológicamente, perjudicó más a las pobres queretanas ayudadas por su hijo, quienes, a mi juicio, son merecedoras absolutas de la caridad colectiva y la lástima comunitaria para ganarse no sé qué premio y convirtió el maldito programa en ver cómo los fans de Gloria Trevi, también muy acostumbrados a darse enteritos para que a ella no le pase jamás lo que le pasó de nuevo, en una contienda de artistas o hijos de estos, en todo menos en lo que dice la misión y la visión con que fuera concebido el programa (sí, cómo no), y ahora todos vamos a estar atentos y dispuestos a desagraviar a Gloria, no nos mintamos, quien actuó pésimamente tanto en baile como en canto y se salvó al verse atacada por una señora amargada a la que acusan de nepotismo porque Ernesto es un hijo de su desquiciada madre.
¿Y los desgraciados? Pues no sé, Dios sabrá compensarlos cuando los meta al reino de los cielos por el hueco ese de la aguja.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Una rosa azul

En el lugar que voy a describir a continuación, puedo jurarlo, me pasé, al menos, la mitad del año pasado con sus días y sus noches. Amanecía revisándolo todo, cada rincón, escrutando inclusive aquellos que parecían no tener ninguna importancia para ver si dentro, con sumo cuidado, podía encontrar más de su esencia, más de su encanto, más de esa risa que lograba el llanto y más de ese llanto que me sacaba una sonrisa. De repente, sin darme cuenta, ya habían pasado tres días, luego semanas, al cabo de un tiempo inclusive hasta un mes durante el que a duras penas dormí, acaso comí, no volví a salir.
Era el foro de Gloria Trevi, el de su página oficial, por supuesto, pues antes, cuando salió de la cárcel, los encargados de los asuntos cibernéticos éramos los fans y los temas que fuesen competentes a la cantante o a la mujer todos eran tratados en los foros de Univisión. La red estuvo plagada durante años con páginas que apoyaron a Gloria. Páginas de amigos que ya no son fans, fans que ya no son mis amigos, páginas que ya no están salvo tres (que yo recuerde), páginas que en su momento nos sirvieron para saber no sólo que Gloria no estaba sola, sino también para poder enterarnos de que nosotros no estábamos solos en el creer que ella no lo estaba, para demostrar que éramos más de los cinco que ella se imaginaba, cosa de la que nos enteramos después, el día 26 de enero del año 2000, a 13 días de su encierro, cuando respondió una carta diciéndonos, incrédula, que no se chupaba el dedo y que estaba segura de ya no tener fans.
Entre los años 1999 y 2001 se logró compilar material "viejo" e inédito de incontable valor, tanto económico como sentimental. Los calendarios en su totalidad se escaneraron y fueron puestos al alcance de todos, al igual que letras de canciones que vendrían a ser éxitos para 2006 y 2007, inclusive para el presente año, pues aún Doña Pudor no se estrena y siempre se perfiló como gran sencillo, desde el año 98, cuando la cantó acapella no sé en qué programa de la televisión mexicana, en todo caso cuando aún era buena y merecía la pena ser vista. Las portadas de los discos, las de revistas que fueron célebres, afiches, escenas de películas, todo lo que hubiese hecho de Gloria Trevi lo que fue, eso estaba en la red, al alcance de fans y enemigos, sin marcas de agua, sin precio y sin mañas para evitar la piratería. Sí, la salvedad habrá de hacerse, la red no era la maraña de ahora, y muchos de los usuarios utilizábamos Internet telefónico, casi todos con conexiones de una lentitud a duras penas imaginable porque el ejercicio de recordarla causa tanto desespero como el de perder un archivo de miles de megas al final de la descarga.
Hace un instante pasé por su página, me fui directamente al foro y esto es lo que me advierte:



No puede
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No puede responder a temas en este Foro
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No puede borrar sus mensajes en este Foro
No puede enviar adjuntos en este Foro


Claro, dirán quienes dicen conocer la historia: pues tú te lo buscaste, cabrona. No, yo no me lo busqué, porque, en primer lugar, no es a la única que le está sucediendo esto; la obsesión de la señora Treviño Ruiz por un impecable control de lo que se diga o no de ella en sus terrenos con marca registrada es lo que ha puesto esas rejas electrificadas con alto voltaje, alejando a fans que en otras épocas llegamos por montones, atraídos como los ratones por aquel flautista de Hammelin, hablando sobre lo divino y lo humano, encargándonos al fin de cuentas de ser como y lo que fuimos siempre: admiradores de una artista de extremos, casi siempre criticada, identificados con ella por su irreverencia, por su desparpajo, por su manera de decir la verdad, porque en sus apenas 1,68 metros de altura lograba contener lo que miles de nosotros sentíamos, éramos y vivíamos día a día.
Supongo que ella, con la misma meticulosidad y minuciosidad, se dedicó a escudriñar en su foro como lo hacía yo para encontrarla sin atraparla, diciéndole a los otros cómo debían actuar y hablar, cómo dirigirse hacia Gloria, qué criticar, qué alabar, qué adular, qué y a quién maldecir. Usuarios bloqueados no había, porque era como Macondo, y el mundo oficial de Gloria Trevi Marca Registrada era una completa y absoluta novedad, tanto para ella como para nosotros y los intermediarios (webmasters, moderadores, diseñadores, manager, novio, etc.), total que todo estaba por descubrirse, todos estábamos por descubrirnos... o por cubrirnos, pues nos enteramos de que la mismísima Gloria Trevi nos visitaba en su página, nos leía, e inclusive citaban en otros portales fragmentos que se escribían en su foro (fragmentos míos, por cierto). Así, amistades que parecían no tener fin y ser para siempre, se convirtieron en nunca más, mientras que otras que en otros tiempos ni siquiera fueron soñadas, se consolidaron y solidificaron como si fuesen lazos de sangre lo que nos unía y no solamente la amistad.
La cuestión, al final, era la siguiente: ser muy hipócrita y astuto o ser muy sincero y voraz. Es decir, o se estaba en uno de esos extremos o no se era, así de simple. En cualquiera de los dos casos, de todos modos, se salía perdiendo algo, porque bien se sabe que para ser alguien en esta vida, al menos ante los dioses de nuestra era, algo hay que dar a cambio, muchas veces lo que se es en realidad, casi siempre perderlo todo a cambio de ese otro todo que no ofrece nada y es que el nombre de uno sea pronunciado, articulado por la boca, los dientes, la lengua, salido de las cuerdas vocales de quien creemos que nos acompaña sin su presencia, tal como los ángeles o el Espíritu Santo, y valdrá mil veces más el Tefa en sus labios que, por decir lo menos, la fraternidad que caracterizó a dos amigas o la lealtad inconfundible de un admirador de semejante talante que llegó a ser conocido por todos sus semejantes.
Gloria empezó a ser prescriptiva -es que la palabra tirana no sé si deba emplearse. Si usted me está leyendo y fue un simple espectador de su carrera, no me creerá que, de repente, sus mismos calendarios empezaron a ser mal vistos por ella y a nosotros se nos prohibía utilizarlos, bien fuera en sus foros o en páginas independientes, todo con la excusa de que hacía parte de su pasado y que ahora es madre de dos hijos pequeños a los que no les quiere dar un mal ejemplo. Está bien, es una decisión sensata, siempre y cuando la censora no fuera la misma que se desnudaba cuando yo, por mostrar un caso, tenía la misma edad que su hijo mayor cuando sacó su primer calendario, y entonces no sólo tenía que defenderse ante los medios y ante sus familiares, sino que nosotros nos las veíamos negras para poder tener acceso a ellos. Crecimos, los tenemos, no nos avergonzamos y por supuesto que no pretendemos quemarlos, pero, ¿qué va a ser de los niños de ella cuando crezcan?
En septiembre del año pasado lanzó al mercado su último disco, Una Rosa Blu. Recuerdo muy bien que semanas antes de su lanzamiento, con el sencillo de Psicofonía, declaraba ante la prensa y medios diversos de comunicación o de comunicación diversa que estaba dedicado a aquellas personas marginadas y discriminadas por la sociedad; que si Todos me miran había sido un himno para la comunidad gay, La rosa blu lo sería para quienes en algún momento sufrimos del escarnio público o padecimos la segregación: tuertos, ciegos, bizcos, calvos, gordos, flacos, borrachos, prostitutas, alcohólicos, mancos, cojos, reos, drogadictos, sidosos, leprosos, feos, retrasados mentales, enfermos de todos los tipos... supongo ahora que quiso abarcar a la humanidad entera y en esa pretensión totalizante terminó por excluirnos a todos; ha de ser que por eso la primera canción del disco es Psicofonía, la historia de un amor entre una loca y un fantasma, el cual, entre otras cosas, o no existe y está en la mente de la loca, o la loca se volvió loca porque el fantasma no existía. Bellísima esa canción, me encanta. Seguramente también la rosa es azul porque no existen rosas de tal color, y así sigue el cuento con calles amargas, cinco minutos que duran tres con veintiséis, tiempos inexistentes, favores que hacen seres hechos al vapor como la soledad y tiempos pasados inexistentes en cualquier lengua como el futuro pasado, videntes de lo evidente, profetas del pretérito pluscuanperfecto, beatas que se van al infierno y vírgenes mutiladas, mientras billetes caen del cielo en cotra de la tempestad y a favor de la furia del mar borinque y de merengue. Todo cuanto puede ser soñado está en el disco, nada que nos enaltezca y nos glorifique ante la Trevi, nuestra imperfecta y divina humanidad, no es concebible para una dama que se jactó de no querer serlo y por lo cual tantos aberrados ante sus ojos son quienes la admiran, ¡la vida es una ironía!, proclama junto a Olga Tañón, como descubriendo unos senos que ya la mitad del planeta le vio.
Aún así, siguió con la consigna, la canción es para los marginados, dice. Y dice también que ella sigue siendo la misma pero que evolucionó, como si la evolución fuera cosa de un lustro y se tratara del sapo aquel al que besa la princesa y se convierte en príncipe, salvo que esta vez, lamentablemente, la cosa es inversa. De pronto, como si la hubieran clonado, pues alega que el ADN es el mismo, una Gloria contraria a todo lo que sigue profesando empezó a develarse: no quiero que mis fans hagan fiestas y beban en ellas, al menos no en nombre mío, que ni se les ocurra poner ahí el "Trevi". Querida, la fuente de Da Vinci te precede, Trevi no es exclusivo de una señora que se llama Gloria. Tampoco le parece que se le den opiniones sobre sus videos, a no ser que las opiniones le parezcan a ella, como no le es concebible, después de haber vivido injustamente cinco años entre cárceles por todo el continente, que algunos consuman drogas o digan la verdad dentro de sus territorios, pues esto, queridos amigos, puede dañarle su imagen ante la opinión pública, háganme el favor, como si, aparte de ser sus clientes, ahora tengamos que ser nosotros quienes, con nuestros actos, nos responsabilicemos de ellos para que su imagen sea Inmaculada y según ella y su novio propendamos por un comportamiento cristianamente aceptable, siguiendo los preceptos del Opus Dei, llevando una vida tan monástica que debamos callar inclusive si es menester hablar.
Se sabe que tanto ella como su actual pareja, en encuentros o convivios, les recomiendan a fans que viven en la misma ciudad o que se topan en los aeropuertos ciertas cosas, así como se les dice qué se puede grabar, qué se puede mostrar, qué se debe tapar, a quién no se puede nombrar.
Pétalo a pétalo, como una rosa cualquiera, se ha ido marchitando la que fuera una rosa que debía durar, por su perfume poético, una eternidad. No sé por qué, de todos modos, quiero llegar a cortarme la vida con esas espinas... ¿será porque sólo cortan la vida de quien la ama más? Qué le hace que yo reniegue y me dé contra el suelo, si yo siempre juré adorarla, aun si, como ahora, su alma se tornara del color del Partido de Acción Nacional o el Conservador Colombiano.